
“Una cebra no debe correr más que una leona, sino más que las otras cebras”.
Jorge Wagensberg
Cuando los leones de la crisis (que son varios) acechan a la manada de cebras, siempre localizan a los ejemplares más débiles. En este sentido, España ha dado muestras de su debilidad, de manera explícita. Las cebras del resto de países de Europa han sido en su mayoría más rápidas y han afrontado el crecimiento del paro de mejor manera.
El mercado laboral español no funciona, y convierte a las personas y a las empresas, en víctimas fáciles que caen rápidamente en las fauces de la destrucción del empleo. Y de entre toda la manada de cebras, las más débiles, las personas en situación o riesgo de exclusión, son los primeros en caer. Y lo que es peor, necesitan de la ayuda de todas las demás, para volver a levantarse.
Una manada no puede permitirse perder un gran número de ejemplares. Un país como España, no puede permitir que su población activa más débil, pase a engrosar la ya de por sí numerosa lista de las personas pobres que, según Cáritas y Foessa, asciende a 11 millones de personas. Si las políticas de impulso de empleo, y como afirma Cáritas y Foessa «si los muros de contención social desaparecen, seguirá creciendo la tasa de pobreza y de exclusión social»
Las caras de la pobreza actual, se concentran más en hogares jóvenes, con presencia de menores, personas solas, desempleadas y emigrantes, cuya tasa de paro duplica a la nacional.
Lo que resulta curioso es que con más de 5 millones de parados, 11 millones de mileuristas y con uno de los salarios medios más bajos, España sea uno de los países de Europa que más alarga su jornada laboral. No hablamos sólo de número de horas por semana, sino de distribución de los horarios. Esto ocurre fundamentalmente en el sector privado. Y no es que, en España se trabaje más y mejor que en otros países europeos. Todo lo contrario. Varios estudios demuestran que la productividad española es bastante inferior a la de países con una jornada laboral más reducida o intensiva.
Con la reciente reforma laboral planteada y con el desolador panorama de desempleo existente y las poco entusiastas previsiones de mejoría, no sólo a corto, sino a medio plazo, queremos profundizar en la relación entre el reparto del trabajo y el desempleo desde diversos enfoques. No se trata de enfoques aislados ni inconexos, sino de un conjunto de acciones y medidas que podrían realizarse en su totalidad o en parte, para cambiar la dinámica de destrucción de empleo y generar recuperación económica y del consumo.
Proponemos las siguientes líneas de reflexión, para “mirar con otros ojos”:
- Reducir horas de trabajo para generar empleos.
- Conciliación de la vida laboral y familiar.
- Creación de empleo y horas extra.
- Desempleo y economía sumergida
- Alternativas a las actuales prestaciones por desempleo, creación de puestos de trabajo y protección social.
Rafael Serrulla
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